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miércoles, 24 de agosto de 2011

La felicidad

La eterna pregunta, la eterna busqueda, es un destino o es un camino?
Sinceramente no se si atreverme a abarcar este tema tan disertado, tan hablado.
Normalmente surge una pregunta, bastante dura, aunque sea de apariencia suave: ¿Eres feliz?
Dicen muchas personas, generalmente de pensamiento-filosofia oriental, que el simple hecho de hacerse esta pregunta es equivalente a negar la felicidad misma. El estado de felicidad no es algo que puedas evaluar o racionalizar con la mente, puedes intentarlo, puedes perder un tiempo precioso en sopesar que cosas tienes en tu vida y las que te faltan. Con ello seguramente estarias dejando pasar una excelente oportunidad de ser feliz –ahora-. Quiero matizar algo antes de seguir; para mi no es tan importante “ser” feliz como “sentirse” feliz, no me complace el saber que los objetivos han sido cumplidos, que lo material que deseo es mio, tanto como me complace la simple sensación de sentir la felicidad sin necesidad de ninguna de estas cosas, simplemente sentirse feliz, aquí y ahora, y que no solo lo material sea lo que me hace feliz.

El problema es la lógica que nos viene de la mente. No podemos olvidar que el pensar es parte de nosotros y no que somos nosotros parte del pensamiento, tenemos la capacidad de controlarlo. Esta bien pensar en ocasiones cuales serian los objetivos a cumplir, lo que podemos hacer para “ser mas felices”, aunque yo sigo pensando que no hay una medida para la felicidad, y que no la misma medida puede servir para todo el mundo. Pensemos detenidamente si nos complaceria lo mismo un plato de comida, un coche o un Euro a cualquiera de los que seguramente esteis leyendo esto que lo que complaceria cualquiera de esas cosas a una de las 3000 millones de personas que viven con menos de 2€ al dia?
Tampoco es necesario llevarlo a tal extremo en realidad, pero es mas clarificante asi. Todos habreis tenido o tendreis celos o envidia por las cosas mas sencillas, incluso de vuestras personas mas cercanas y queridas. Todos o muchos de nosotros creamos nuestra felicidad deseada en base a la felicidad de los demas y lo que es aun peor nos centramos mucho mas en las cosas materiales que en las cosas mas sencillas, seguramente sin valor aparente pero que no por ello nos aportan menos felicidad.
Todos vemos algo que otro tiene y que nosotros no, y que queremos tener a toda costa y bajo cualquier condicion.
En mi opinión este es el principio historico de todas las guerras habidas y por haber.

Para mi mismo me pongo un ejemplo muy claro, que puede no ser valido para todo el mundo: No me hace sentir tan feliz tener mi sueldo al comienzo del mes como ver una sonrisa sincera de la persona que quiero. No quiero decir que no le de valor al dinero, o que sobrevalore las relaciones personales, no es que este intentando racionalizar o equiparar ambas cosas.
Mi lado racional me dice que tanto el dinero se acabara como la sonrisa puede tornarse en llanto, eso es lo que mi mente proyecta en el futuro, en lugar de vivir intensamente el presente.
Si lo veo de forma emocional el dinero me puede servir para cubrir las “necesidades” materiales de la vida diaria, eso puede hacerme sentir seguro, pero es de nuevo la ilusion de una proyeccion del futuro en mi mente. Sin embargo ver una sonrisa sincera y plena me hace sentir muy bien en ese mismo momento, y podria durar para siempre aunque sé que no será asi, en todo caso si no presto atención a otra cosa mas que al mismo momento que estoy viviendo, siento que se provoca una sensación agradable y un corto pero intenso atisbo de lo que algunos interpretamos como “felicidad”, y creo que esa es la verdadera fuente de la felicidad y no los objetivos a largo plazo.

Siempre es agradable evocar a uno de los cuentos de Jorge Bucal, aquel en el que en resumidas cuentas una persona se topaba con un cementerio cercano a un pueblo solitario y se percataba que en las lapidas escribian los años vividos en lugar de la fecha de nacimiento, y los años de la mayoria de las personas alli enterradas no superaba los 10-15 años. Triste pensando que se encontraba en un lugar en el que morian los niños se encontraba con un habitante del pueblo, el cual le explicaba que en el pueblo cada persona llevaba consigo una libreta en la que apuntaba cada instante en el que habia sido feliz y su duracion. Al fallecer se sumaban esos tiempos y de ello resultaba los años felices que esa persona habia vivido.
En resumen, no son mas que pequeños momentos felices los que dan una vida de felicidad.

Si me preguntas si soy feliz y lo soy en ese instante te respondere con una sonrisa, porque con un solo segundo de duda, o pretender pensar una respuesta tan sencilla como “Si” seguramente ya me llevaria a añadir un “pero”.

Como ya me he dicho a mi mismo hasta la saciedad : “Vive la vida cada instante y no olvides sonreir y ser feliz” nunca sabes a quien puedes contagiar tu felicidad y en todo caso siempre te hará bien a ti. Como referencia musical: “Tomorrow’s Just Begun” y “Free and Alive” de Gotthard.

Podria intentar seguir, y me haria feliz, pero esto es lo que hay de mi hoy, en este momento.

martes, 2 de agosto de 2011

El "Darse cuenta"

Hoy, como el resto de ocasiones, únicamente cuando me surge la "inspiración", cuando surgen las ganas de escribir -hablando claro- empiezo a escribir.

Mirando atrás, releyendo el ultimo texto veo que dejo cosas por hacer, no he redactado ese texto que relacionaria canciones, con mi propia y mas intima sensación de recorrer este camino, de mi vida. Por otro lado no puedo mentirme y si esas palabras no fluyen ahora de mi mente, es que quizás no sea su momento. Aunque me planteo el pequeño objetivo de hacerlo. - únicamente a través de pequeños objetivos seremos capaces de acometer los "importantes"-. Un ultimo dato, aunque este mas irrelevante para mi es la fecha de mi ultimo texto, 12 de mayo, mas de dos meses, todas unas vacaciones, pero repito, solo ahora soy capaz de "darme cuenta" de que me debo estas palabras.

En estos días me encuentro revuelto entre textos que me hacen "pensar" -como ya he dicho alguna otra vez es algo que intento no hacer a menudo, y cuando lo haga que sea por el único fin de crecer-. Personas como Osho y Jorge Bucai son capaces de expresar de forma sencilla los razonamientos mas complejos, las sensaciones subyacentes que por ser tan comunes en nuestra vida, no nos "damos cuenta".

Con este "darse cuenta" quiero subrayar uno de tantos razonamientos extraídos de Bucai. No es lo mismo: entender, comprender y darse cuenta. Aunque queramos referirnos al significado etimológico de cada una, lo importante no es el uso concreto de una u otra palabra, sino lo que sentimos y hacemos sentir al decirlas o pensarlas. Esta es mi forma de explicarlas, quizás no la mas correcta, pero es la mía.

Entender del latín intendere "tender, estirar, extender",yo lo explicaría como extender o situar algo -situación o sentimiento- en toda su amplitud para llegar a definirlo totalmente, pero siempre desde la distancia, nunca implicado.
Comprender del latín comprehendere que tiene mucho que ver con aprehendere "aprender". Aprender seria algo parecido a entender, según la RAE "Adquirir conocimiento de algo por medio del conocimiento o la experiencia, pero sin llegar a interiorizarlo profundamente"
Comprehendere seria interiorizar lo aprendido. Seria no solo mantenerte al margen sino tratar de hacer tan tuyo ese sentimiento, situacion o conocimiento que estas implicitamente unido a ello.
Por ultimo es bastante complicado explicar el "darse cuenta", lo veo algo mas natural, mas al alcance de cualquiera, me apoyo para introducirlo en un pequeño fragmento del libro Cartas para Claudia, de Bucai: "

¡Que diferente suena darse cuenta, comparando con tomar conciencia!
"Tomar conciencia" me suena intelectual, razonar frío y parcial."Darse cuenta" es total; me doy cuenta es todo mi ser, Organisticamente, según la Gestalt ("La terapia Gestaltica es una terapia perteneciente a la psicología humanista que se caracteriza por no estar hecha únicamente para tratar enfermos, sino también para desarrollar el potencial humano")

Ya Fritz (Creador de la Terapia Gestaltica), en los últimos años de su vida, había abandonado su denominación de terapia gestaltica. Prefería llamarla: "Terapia del darse cuenta".

Con esto quiero llegar a plantear una forma de ser, de avanzar y vivir. Me gusta verlo de esta forma metaforica, siendo "roca fundida", o "roca plástica", no tan solida como para permanecer estática e inmutable, pero no tan liquida como para ser modificada en todo momento, ser plástico y flexible como para adaptarse, para entrar suavemente en la grieta, asimilando cada diferencia en el terreno y no fluyendo rápidamente para llenarlo todo, dejando incluso espacios huecos.

Hay que "darse cuenta" de que no podemos ser siempre el mismo, que todo lo que somos hoy esta condicionado por lo que fuimos ayer, y por lo que puede que seamos mañana, o en unos meses. Pero mas que "darse cuenta" hay que "querer darse cuenta". No es solo el hecho de saberlo -aprenderlo-, ni el hecho de interiozarlo -comprenderlo- que seria tratar de hacerlo tuyo, sino mas bien un ultimo escalón que seria "ser tuyo".

Hay que "darse cuenta" de todo lo que queremos, incluso darse cuenta de las cosas que no queremos, porque con ello también tenemos la posibilidad de descartarlas. Aquí viene el dilema que siempre acuno en mis textos, -el punto de vista del observador y de los sujetos-. Tendemos a caer en el error de focalizar algo únicamente desde un punto de vista -el nuestro-, intentamos ponernos en el punto de vista del otro, y en raras ocasiones tratamos de observar de forma imparcial. En toda situación hay que entender que no siempre nos "damos cuenta" a la vez, que seguramente no por "no darse cuenta" se le resta importancia a algo, que el simple hecho de devolverlo del fondo de nuestro subconsciente a primer plano es el primer gran paso del "1-aprender-2-comprender-3-darse cuenta" o "1-darse cuenta-2-aprender-3-comprender"

Cuantas veces al darse cuenta de una carencia, una actitud, un vicio o algo que simplemente nos gustaría cambiar o mejorar hemos iniciado un proceso -cada uno con su ritmo- de mejora o cambio? Cuantas veces tropezamos? Creo que es un proceso de crecimiento, es un paso adelante. Si no hubiera fallos, es porque no habría tampoco expectativas. Tampoco es una cuestión externa, es algo totalmente personal, ¿Que hay mas intimo que ser como quieras ser?

Concluyo con esto; Nuestro cuerpo crece hasta que comienza a envejecer. A la mente le sucede lo mismo, solo que podemos revertir o parar ese proceso. Físicamente nos deterioramos o nos deterioraremos todos, eso es lo que se llama "ley de vida", sin embargo no es así en cuanto a nuestra mente, espíritu o alma, como lo quieras llamar. Considero que el crecimiento como persona se da día a día y que mientras mantengamos la mente abierta podremos tener la capacidad real de decisión sobre las "situaciones" que vivimos. Con una mente abierta podremos ahondar en las posibilidades que nos depara el futuro de una forma positiva y objetiva.
Hemos de ser capaces de saber que sabemos mas de lo que sabíamos ayer y menos de lo que sabremos mañana.